domingo, 20 de agosto de 2017

El grito del silencio

Hay muchos gritos que desgarran el alma, nos ponen piel de gallina y hacen que los sentimos con todo el cuerpo. El que más me ha tocado en estos días es el grito del silencio. Un grito mudo que sin embargo se escucha perfectamente. Se puede escuchar este grito después de una tormenta, un accidente o un atentado. El aire se llena de silencio y de calladas preguntas. Intentamos dimensionar las pérdidas y estupefactos llegar a las posibles causas. Normalmente no nos libramos de la tentación de encontrar al otro u otra como culpable de lo acontecido, evitando así ver nuestra propia responsabilidad, que siempre existe por muy remota que sea. Aquí después de la tormenta nos grita silencio de la naturaleza. Los primeros días no había canto de pájaros, sino un silencio elocuente, un duelo del universo. Nunca más cierto de que “después de la tormenta llega la calma”. Esta calma fue muy elocuente, demasiado dolorosa. Mucho tiempo las heridas tardarán en cicatrizarse. ¿Cuánto tiempo tardaremos en aprender escuchar este grito silencioso de la creación, de la naturaleza? ¡Escuchemos las palabras pero también los silencios! 

Feliz domingo de escuchar los silencios.

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