Estos días nos han sacudido, enseguida nos dimos
cuenta del daño causado a las casas y otros edificios, al bosque a nuestros
jardines, parques y huertas. Todavía no sabemos qué efecto tendrá todo eso una
vez limpiado y recogido en el paisaje y clima. Pocos se dan cuenta que no solo
fue dañada la naturaleza, sino también nuestro espíritu. Con el paso del
tiempo, aparecerán los traumas, los daños y desequilibrios, ahora ahogados y
silenciados por el afán de la limpieza y la reconstrucción. Ojalá tengamos la
suficiente serenidad para reconocer las heridas interiores y buscar la ayuda
necesaria que nos ayude a recuperar cierto equilibrio y mirar el futuro y el
paisaje con esperanza. En la vida tenemos que ser conscientes que de muchas
situaciones, cosas que vivimos siempre habrá resultados inmediatos y los que
aparecerán después de un tiempo, sería bueno estar preparado para asumir todos
ellos, no asustarse sino actuar al respeto. Todo eso puede servir como
aprendizaje y crecimiento y permitir vivir en armonía.
Feliz martes de conciencia.

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