No sabía cómo medirlo, pero quería
saber ¿cuánta vida hay en su vida? No lo quería sacar conclusiones
precipitadas comparándose con los demás. Cada uno tiene su tiempo
su salud y sus proyectos. Ella quería conocer otros signos vitales
que el pulso o la respiración. Tampoco quería ver como signo de
vida su capacidad de trabaja de producir. Las maquinas también lo
hacen y están sin vida. Más bien veía signos de su vida en su
capacidad de sentir, de sorprenderse, de agradecer meditar,
reflexionar. Cuando eso empieza escasear por diferentes motivos con
justificaciones insistentes, la vida se está convirtiendo en
existencia despojándose de todo lo que le da sabor y color.
Aprovecha el domingo para revisar cómo están tus verdaderos signos
vitales.
Feliz domingo de mucha vida en nuestra
vida.

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