En estas vacaciones una vez más puedo
comprobar cómo la conjunción del agua y del bosque calma el alma.
Estos días lejos de la señal de Internet en las montañas en la
frontera de Polonia con República Checa pude llenarme de paz y
esperanza. A pesar de lluvia disfrutar de lindos paisajes y escuchar
el murmullo de los arroyos y el grito de alegría de las pequeñas
cascadas. Uno se da cuenta que la medicina para muchos males, el
alivio para muchas tensiones los tenemos al alcance de la mano pero
no tomamos la dosis suficiente y lo peor con frecuencia no cuidamos
para que perdure. En vez de un paseo, solos o acompañados con amigos
o con las mascotas, preferimos llenarnos de pastillas esperando que
pongan nuestro cuerpo y espíritu en armonía, pero el milagro no
ocurre. Necesitamos llenar nuestros ojos con el frescor de la
naturaleza, rimar nuestros pensamientos con nuestros pasos, oxigenar
la esperanza y refrescar la ilusión. Prueba es posible y es gratis,
funciona.
Feliz sábado de usar otros
medicamentos.

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