En medio de una conversación
repetía la misma pregunta: ¿Me escuchas? Y no era la pregunta del
que comprueba l alcance de su voz o el nivel de la audición de otras
personas, sino del que quiere saber si sus palabras eran escuchadas,
entendidas y sentidas. No solo conocer el mensaje inmediato expresado
a través de las palabras sino tratar de descubrir y entender que
está detrás de mensaje. Qué sentimientos, procesos, vivencias, lo
han moldeado. Lo que nos dicen solo es una muestra de todo lo que se
siente y de lo que pasa en el interior de la persona que nos lo trata
de comunicar. A veces sus gestos, sus expresiones faciales su tono de
voz dicen más que sus palabras. Por eso es tan importante la
atención y el tiempo que dedicamos para escucharnos de verdad.
Escuchando y hablando, mirarnos y poner atención a todo lo que se
nos está comunicando.
Feliz viernes de escucha.

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