Este día amaneció con mucha hambre,
no tanto de comida que de palabras. Entre muchas que decimos hay
siempre algunas que alimentan. Hacen más fuertes robustos los
sentimientos. Acercan a las personas y ahuyentan a la soledad. Casi
nunca vienen solas, sino acompañadas de gestos y miradas. Hacen
posible conectar dando una fuerza como si permitiesen a cargar unas
misteriosas baterías que llevamos dentro. Lo que alimenta al mismo
tiempo protege. Alimentar significa nutrir y lo que está bien
nutrido desarrolla su sistema de defensa, de resistencia frente a
todos los peligros exteriores. Este domingo ofrece a los que tienes
cerca las palabras que alimentan, no dejes a nadie a dieta.
Feliz domingo de las palabras que
alimentan.

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