A
veces tomaba la distancia de ellos. Lo hacía cada vez que sabía que
le resultaba difícil de controlar sus propios impulsos. Conociéndose
a sí misma sabía, que cuando se descontrola, dispara a diestra y
siniestra, y reciben por igual los culpables y los inocentes. Sus
palabras eran capaces de herir profundamente. Por eso trataba de
tomar distancia, porque de lejos las cosas se ven en su dimensión
adecuada, viendo las proporciones. Lo que parecía grande e
insuperable, muchas veces no lo es, estando cerca nos impedía ver lo
que estaba a su lado y atrás de eso. La distancia te permite ver
toda la composición de las cosas, que forman nuestra vida, sus
proporciones reales. No solo fragmentos separados, sin posibilidad de
compararlos con el resto. Cuando no te da seguridad lo que ves de
cerca, busca otra perspectiva. No te quedes con un solo punto de
vista.
Feliz
viernes de buena distancia.

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