Tantas
palabras vacías han llenado su vida como los globos llenan un
cuarto. No cabía nada más, pero bastaba un pequeño paseo con la
aguja de la verdad para ver como todo se desinflaba en un instante.
Todo se quedaba casi vacío, no superando la prueba. La realidad a
veces parece muy puntiaguda y desinfla todo orgullo lleno de
suposiciones. A veces en vez de la palabras elocuentes bien
adornadas, necesitamos las pegadas a cuerpo vividas lloradas reídas
y sudadas, que digan solo lo que vivimos y sentimos sin hacer grandes
promesas infundadas. Hay que saber soñar, pero también se necesita
sinceridad, para que los sueños se hagan realidad se llenen de
hechos gestos y palabras bien vividas, no solo prometidas. No infles
las palabras da sentido a lo que dices cada día.
Feliz
martes sin palabras infladas.

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