Edgar desde hace bastante tiempo intentaba librarse
de su mala costumbre de juzgar. Sus juicios como una hiedra envolvían
cada relación asfixiandola. Le parecía imposible amar sin juzgar.
Al principio no se daba cuenta de que se ponía por encima de los
demás. Que sus relaciones de amistad no eran relaciones de igualdad
sino de jerarquía. Una dominaba a la otra. Las veía según su
utilidad y no según la confianza. En su sistema piramidal una
sometía a la otra y no como le gustaría que fuese que una lleve a
la otra. Mucho tiempo cuesta ver en todo la misma huella el mismo
hilo que une y conecta todo y se llama el amor.
Feliz Miércoles de relaciones de igualdad.

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