Magdalena
tenía todo listo para sentarse a la mesa. Entre los platos cabían
muchas palabras y el mantel de croché detenía, como una red, los
buenos sentimientos. La mesa era lo suficientemente grande para poner
en ella toda la vida y poder separar deshilando la felicidad del
dolor. Aunque los diferentes sentimientos y acontecimientos de
nuestras vida parecen separados, a la hora de la verdad, son bien
unidos formando un collar de consecuencias. Siempre una cosa lleva a
la otra. La felicidad al dolor, el dolor a la felicidad. Siéntate
a la mesa con los que te quieren y tienen tiempo para ti, con ellos
podrás ver mejor lo que vives y sentir la conexión entre los
pedazos, que hoy
al parecer no te llevan a ninguna parte. Todo lo que es vida tiene
sentido y te lleva a encuentro con más vida como
una flor te lleva a encuentro de frutas y é
stas
al encuentro de semillas.
Feliz
jueves de mesa – vida.

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