Desde
hace un tiempo Ramona estaba coleccionando silencios. Aunque para los
no entendidos todos eran iguales, ella veía claras diferencias entre
unos y otros. Había silencios que ocupaban lugar de palabras,
transmitiendo silenciosa ternura. Otros que llenaban espacios de
dolor cuando un nudo en la garganta impedía que salgan las palabras
y otros silencios que se tornaban el argumento crucial en una
discusión acalorada, pues los silencios dicen más de lo que uno se
puede imaginar, si se sabe a escuchar. Después de los que se van
también quedan silencios que nos dicen tanto… Llenan
la ausencia y hablan al corazón. En
este Viernes Santo piensa un poco ¿cual es tu colección de
silencios? Y también ¿Qué dicen tus silencios?
Feliz
Viernes de un par de silencios.

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