domingo, 12 de abril de 2015

Sin dispersión

La semana los tenía tan distanciados, que solo a través de redes sociales y mensajes, unos se enteraban de las vidas y actividades de otros. Cada mañana la casa parecía un hormiguero o más bien un nido del cual, todos salen volando a sus múltiples actividades. Solo la mañana de domingo traía la calma. Nadie se apuraba para levantarse, ni nadie levantaba el vuelo. Todos buscaban una pretexto para sentarse a la mesa. Una pequeña y al mismo tiempo inmensa, enorme, victoria sobre la dispersión. Haz de tu mesa de domingo un espacio de diálogo, de intercambio, de re-conexión. Un mini taller de los corazones y del alma. Deja las prisas para el resto de la semana.

Feliz domingo sin dispersión.

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