En
el mundo en que vivimos, recibimos mucha información. Lo verdadero
se mezcla con lo falso. Las realidades se distorsionan, se presentan
de forma retocada para suavizar o para exagerar. Así como los
recibimos los asimilamos o los rechazamos. Nos cuesta hoy discernir,
reflexionar, llegar al fondo de la cuestión. Sin saber qué es la
verdad y qué es la mentira. A veces podemos tomar la decisión de
frenar a la corriente de agresiones, mentiras o ser transmisores
haciendo posible que las palabras falsas alcancen más círculos.
Hagamos lo posible para buscar la cordura, sin agresión, sin las
exageraciones y mentiras. No seamos los transmisores de lo malo,
sino portavoces de la paz. Que reine la concordia y el consenso. No
se trata de ocultar la verdad, sino no agravar los problemas
existentes con ataques y descalificaciones. Un poco de sentido común
vendrá bien a todos.
Feliz
martes de transmitir lo bueno.

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