María a veces se iba tan lejos, que perdía de su
vista las personas que amaba, y los ojos que la miraban con amor y
ternura. Lejos, los vaivenes de la vida la aturdían, sentía que se
estaba volviendo insensible. Muy parca en sus alimentos y
sentimientos, dejaba de saborear muchas cosas. Todo eso se desvanecía
cuando regresaba. La distancia activa nuestras defensas y lo más
valioso se esconde más dentro, para que no lo lastimen. Al regresar,
vuelve todo a flor de piel. Protege lo que amas, pero no lo cierres
dentro frente a las personas amadas. Nada cura, ni alimenta mejor.
que muestras de cariño.
Feliz Miércoles de sacar afuera.

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