Rocío tuvo manos vacías, lo que antes estaba en ellas se llevo
el viento. No era la primera vez, que las cosas se ponían así.
Aunque se sentía despojada de algo suyo, su tristeza duraba poco. Al
final llegaba a conclusión, que manos llenas manos ocupadas y manos
vacías manos libres. No renunciaba a poseer las cosas, lo que quería
evitar, es hacerse esclava de ellas. En la vida cuando más quieres
poseer algo, más esclavo de eso te haces, en vez de dominarlo te
dejas dominar, inmovilizado por el miedo de perder. Usa sin dejar de
ser usado.
Feliz Viernes de desapego.

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