Tenía mucho no se podía quejar de
nada. La suerte le ha sonreído varias veces y era muy agradecida.
Otros la miraban con una dosis de envidia. Ella satisfecha sentía
que le faltaba algo tal vez muy básico. Entre tantas cosas le
faltaba el espacio para vivir. Sus posesiones en vez de enriquecerla
y facilitar la vida la asfixiaban. Es que no solo ocupaban un
espacio físico sino también se metían en todo; en sus relaciones
en sus conversaciones en los pensamientos y las preocupaciones. No es
que era tan rica o que tenía tantas cosas pero las que tenía
empezaron a robar demasiado espacio y para que nuestra vida despegue
y empiece su vuelo necesita un espacio. Si carecemos de él nos
asfixiamos y nuestro crecimiento personal se vuelve muy raquítico.
Cuida tu espacio vital y que tu vida sea muy frondosa.
Feliz viernes de espacio vital.