Hay momentos de hacer las cosas y
momentos de dejar de hacerlas. Es todo un arte de la vida saber
descubrir cual momento es adecuado para cada cosa. Hacer algo en
momento poco oportuno es complicar dificultar más lo que ya suele
ser complicado y difícil. La ansiedad y las prisas tantas veces nos
traicionan, por su culpa perdemos toda la sensibilidad y no
detectamos, si es el momento oportuno para decir o callar. Hay que
observar muy bien para ver los pequeños señales, las pequeñas
pistas que nos anuncian el estado de animo de la persona a la que
queremos dirigir nuestras palabras. El receptor no tiene que vivir lo
que nosotros vivimos ni sentir lo que nosotros sentimos. No podemos
suponer que todos están en constante disposición a recibir todo
tipo de informaciones. Algo de empatía y delicadeza ayuda a evitar
problemas.
Feliz miércoles de hacer y dejar de
hacer.

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