El paisaje fue tan amplio que no cabía
en sus ojos. Necesitaba tener gente cerca para que le ayuden mirar y
conocer más. Tenía la extraña sensación que las cosas que ve le
están hablando, contando sus pequeñas historias. Había historias
que cada una contaba por separado y otras que contaban juntas. Es que
las cosas como las personas dependen unas de otras. Cambia una cosa y
cambia el paisaje, y cuando cambia el paisaje cambian también las
personas. Nadie puede quedar indiferente frente al invierno o a la
primavera. Es bueno que a nuestro lado tengamos gente que nos ayude a
mirar y que seamos capaces de ver los pequeños cambios que pueden
desencadenar las grandes transformaciones. Somos individuos pero
también vivimos en red de interdependencias entre nosotros y con el
mundo que nos rodea.
Feliz miércoles de ver los cambios de
las cosas.

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