Nunca ha tenido grandes pretensiones, pero como la
mayoría de la gente soñaba con ser alguien en la vida. Trata de definir bien quién
querría ser, para poder ver con claridad el camino, la distancia que la
separaba de sus objetivos. La gran sorpresa que se ha llevado era que para ser
quien querría ser tenía que dejar de ser quien era. Es que siempre hay rasgos
de personalidad incompatibles con lo que proyectamos ser. Nos toca a ir
abandonando algo para poder recibir algo. Solo podemos absorber algo nuevo si
ya hemos dejado atrás algo viejo. No por viejo, sino por inútil en nuestro
nuevo intento de transformación. Siempre hay pequeñas cosas que imposibilitan
el movimiento de transformación que nos atan a ciertas cosas e incluso
estorban. Libérate de aquello que te impide cambiar, que te impide crecer, que
te aprieta como si fuera ropa de una talla demasiado pequeña, pero como está
por dentro no se ve.
Feliz viernes de dejar de ser… para ser…

No hay comentarios:
Publicar un comentario