Cada flor anuncia algo. Demuestra que la
vida tiene la capacidad de regenerarse que siempre se puede dar
frutos o por lo menos semillas de algo bueno algo nuevo. Que tal vez
tomado por separado no presenta un gran valor pero que en un conjunto
forma parte de todo un concierto de sabores colores y fragancias.
Cada uno de nosotros corre el peligro de desanimarse por su
insignificancia en vez de animarse por su participación en el
festival de la vida. Es cierto que hay momentos e incluso años que
parecen que pasan estériles sin luz ni sombra, pero después de
ellos vienen los otros llenos de cosecha abundante que nos recuerda
que vale la pena esperar. Mira las flores y espera un poco. Piensa lo
qué puedes dar en esta etapa de tu vida y de qué sabor será. Si a
ti te agrada el sabor muy probable que les agradará a los demás.
Feliz viernes de flores.

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