Muchos miedos de ella no tenían nada
que ver con los miedos de él. Ni tenían los mismos miedos, ni las
mismas maneras de enfrentarlos. Ella quería conocerlos bien, saber
de dónde venían y cómo han conseguido ocupar tanto espacio en su
vida. Para ella en primer lugar no estaban las soluciones, sino la
comprensión. Él a cada problema buscaba una solución. Cuando no
encontraba las soluciones era capaz disimular o quitarles
importancia. Las reflexiones llegaban después si llegaban. Así que
cuando ella le quería contar algo, él en vez de escuchar todo lo
que ella le quería decir le interrumpía cada rato ofreciendo
diferentes soluciones, desconociendo las causas y hablando como si
ella no era capaz sola encontrarlas. Respeta las maneras de ver de
los demás sus diferentes enfoques y maneras de solucionar los
problemas y enfrentar los miedos.
Feliz jueves de no tener miedo a los
miedos.

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