Los domingos
muy temprano Lilian abría las puertas de su casa y las de su
corazón, para ventilar un poco, y sacar al sol, aquellos rencores
rancios, que estaban en la esquina de “no tengo tiempo para pensar
en estas cosas”. Al sacudir un poco los sentimientos y quitarles
el polvo de las prisas, se daba cuenta que demasiadas cosas deja para
otro tiempo y el apartado “después” ya está saturado. Cuando se
sacude los sentimientos, a veces suenan las promesas antiguas y
arañan la conciencia, pues uno descubre algunos “para siempre”
nunca cumplidos. Al terminar de ventilar la casa la perfumaba con
conversaciones con sus seres queridos, que en aire dejan un suave
aroma de amor y cercanía.
Feliz
Domingo de Ventilar los sentimientos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario