domingo, 8 de junio de 2014

El Soplo del Espíritu

Ni ellos sabían explicar bien, de dónde venía el viento, que llenaba sus velas. Lo que si sabían, que siempre los llevaba al encuentro de los demás. Este mismo viento, traspasaba las fronteras de lo desconocido. Los que se dejaban llevar por él, se conocían mejor a si mismos y al mismo tiempo conocían mejoro, los unos a los otros. Juntos soplaban para convertir una pequeña brasa en el fuego. No era un fuego que quemaba, sino iluminaba. Iluminaba el camino por descubrir. Siempre dispuesto a avanzar, no retroceder. Déjate empujar por él. Déjate iluminar por él. Déjate sanar por él. Es el soplo de la Vida – es el soplo del Espíritu Santo.


Feliz Domingo de Pentecostés.



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