Tenían razón
las vecinas, que observaban cada paso que daba, cada visita, que
recibía. María se quedó embarazada. Pero no así como ellas
pensaban. María se quedó embarazada de palabras. Se gestaba en
ella un grito, un reclamo,un pedido. Querría pedir que se ocupen más
de sus propias casas de sus familias y que dejen en paz a la de ella.
Su familia no es perfecta ni tampoco su vida. Pero eso sí, es feliz
y eso le basta. Es feliz con o sin o contra de ellas. Sin deber esta
felicidad a nadie. Al final sus reclamos nacían en silencio de su
felicidad.
Feliz Lunes
sin gritos, aunque con justos reclamos.
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