sábado, 27 de mayo de 2017

Palabras y costras

Algunas palabras se las arrancaba como costras sobre una vieja herida que nunca terminaba por cicatrizarse. Cada palabra dicha provocaba un nuevo dolor siempre con sorprendente frescura. Pocas cosas en la vida se mantienen tanto tiempo tan frescas como el dolor. Pensaba cómo hacer para que las palabras no duelan y desaparezca la costra de culpa y rencor. El primer paso era limpiar su memoria y sus conversaciones de palabras que hacen daño, que acusan, que califican, echan exclusiva responsabilidad a otras personas. En el tejido de nuestro cuerpo hay conexión entre células así también ocurre en nuestras relaciones con otras personas. Nada funciona en una sola dirección o depende de una sola persona. Por eso en nuestro tejido de las relaciones aparecen las heridas y las costras. Tal vez no somos los únicos responsables de su aparición pero si los únicos responsables de la curación. 

Feliz sábado de curación.

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