Cada vez que pensaba que hasta aquí
llegaba y todo se terminaba, descubría que era una impresión
equivocada. Le hacía una mala jugada su miopía espiritual.
Desconfiaba de su propia capacidad de corregir rumbos y encontrar
nuevos caminos. Demasiado se dejaba llevar por la primera impresión.
Por suerte no era una persona de acciones rápidas por eso mientras
se preparaba para tomar la decisión definitiva veía como se disipan
las nubes de desanimo y desconfianza y aparece un pequeño espacio si
no todo un sendero para dar un paso más, avanzar un poco. Cuando
llegas al límite no tengas prisa en tomar decisiones o sobre todo no
des marcha atrás. Espera un poco y veras que la neblina de lo
desconocido desaparecerá y verás que hay un nuevo comino, que ahí
donde todo parecía terminar apenas empieza. Descubrirás que el que
parecía ser el último paso de tu camino se puede convertir en el
primero de una nueva etapa. No dudes de esperar e intentar.
Feliz miércoles de disipar las dudas.

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