lunes, 26 de junio de 2017

Juicios e impermeabilidad

Ha tenido que superar un juicio más. Ya tuvo tiempo de acostumbrarse aunque a veces dolía y sentía que algunas opiniones y juicios hechos a la ligera se le clavaban en la piel, por eso le salía esta extraña alergia cada vez que bajaban sus defensas. Hasta donde llega su memoria recuerda juicios sobre su forma de hablar, caminar, vestir, pensar, amar. Ha llorado ríos por la incomprensión. Sobre todo en su adolescencia ha llegado a creer que realmente era el bicho raro, la oveja negra, el patito feo de la historia de su vida. Luego con la madurez ha conseguido a relativizar algunos de los juicios e incluso pensaba que los ha superado, pero presentía que la cosa no es tan sencilla, que en el fondo de su alma en muchas de ellas ha creído, los ha aceptado y asumido. Eso hace la gran diferencia, de saber quien uno es o creer en lo que otros dicen y hacen creer que uno es. No olvidemos que no somos impermeables y siempre absorbemos alguna gota de negatividad que nos rodea.

Feliz lunes sin tantos juicios.

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