Las horas los días que pasaban
arrancado los últimos miedos que ha tenido antes de empezar a creer
que ella si puede, que es capaz de romper el círculo de mala suerte
y desesperación que se ha instalado sobre su familia. Durante
demasiado tiempo ha escuchado que no puede, que eso o aquello no es
para gente como ella, que hay que ser realista y que es un lujo para
los que tienen dinero y vienen de una familia rica, que la suya es
humilde y nunca han hecho estas cosas. Respetaba y nunca se ha
avergonzado de su familia de su origen, pero el mundo era demasiado
grande e interesante para no querer a conocerlo y no sentirse llamada
por sus desafíos. Tenía derecho de aprender más estudiar más no
renunciar sus sueños. Aunque todos a su alrededor ya le han diseñado
su futuro como madre y esposa, aguantando a un marido a quien no le
importa en absoluto la educación, ella no estaba dispuesta a
renunciar. Ni en el nombre de amor o la familia o los hijos valorando
y amando a cada una de estas partes sentía que ella también
importa. Que si tendrá hijos, éstos un día se irán de la casa
dejándola sola con sus frustraciones. No es ningún egoísmo, pero
si ella estará bien los demás estarán bien, pero si ella está mal
por más que intente no podrá evitar de trasmitir a los demás su
malestar. Hazte feliz para hacer felices a los demás.
Feliz lunes de inversión en nosotros
mismos.

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