Muchos eran los caminos que podía a
recorrer. Podía conocer lugares y disfrutar de la belleza que nunca
ha soñado ver con sus propios ojos. Sus álbumes de fotos se llenaba
de de paisajes y monumentos. Los pocos amigos que los veían se
llenaban de admiración. Él sin embargo sentía un vacío. Era una
bella experiencia recorrer estos caminos pero con los años se dio
cuenta de que si no llevaban al encuentro de alguien no servían para
nada. La belleza compartida es siempre más belleza y la felicidad
compartida es siempre más felicidad. Trata de recorrer los caminos
de tu vida conectándote a las personas que son cercanas a tu corazón
con las que puedas compartir palabras, miradas y suspiros. No
permitas que la soledad te asfixie en un mundo demasiado pequeño y
te haga perderse en un mundo demasiado grande. Cuando lo compartes
todo se hace a tu medida.
Feliz domingo de compartir tu mundo.

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