Siempre ha cuidado mucho la apariencia. Su físico,
peinado, maquillaje, eran impecables. Su casa parecía un escaparate de una
tienda de decoración todo en orden y armonía, cuidando las reglas de “feng
shui”, convirtiéndose en tema de comentarios y envidias. Su casa como todas las
casas del mundo tenía el patio trasero que nada tenía que ver con lo que se
veía de frente. Ahí nada parecía en su lugar y ya era hora de ocuparse de él
para que no tenga miedo que nadie la vea dejando atrás la buena impresión de lo
que se ve delante. También nuestras vidas aparentemente impecables hacia afuera
tienen su “patio trasero”, que se puede ocultar, pero que un día se va a ver.
Trata de arreglar el patio trasero de tu vida y de tu casa, así quedas
tranquilo por dentro y por fuera no importa desde donde te miren.
Feliz sábado de arreglar el patio trasero.

No hay comentarios:
Publicar un comentario