La vida muchas veces la llevaba lejos de
los suyos. Podía mantener comunicación frecuente con ellos y sin
limitaciones por el costo. Eso ayudaba suavizar la nostalgia y la
rescataba de la soledad que a veces invadían todos los espacios
libres de palabras y de ruidos. Había algo más que le ayudaba, la
conciencia de que ellos simplemente están. Cada una de la personas
en su lugar ofreciendo su amistad, su cariño, sin exigencias ni
reclamos, respondiendo cuando se les llama, acudiendo cuando se les
invita. Respetando las distancias y los tiempos, compartiendo, no
compitiendo. Estando juntos en desacuerdo y firmes en sus
afirmaciones y negaciones. No necesitaban protagonismo porque eran
conscientes y seguros del lugar que ocupaban. Trata de estar para los
que te aman, los que te quieren y ellos estarán para ti.
Feliz lunes de estar para.

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