Siempre decía que quería ser libre, no
depender de nadie. Ahora que tenía la oportunidad de conseguirlo, se
echaba atrás. La tan anhelada libertad la asustaba, para ser más
preciso no era tanto la libertad que sus consecuencias. Sabía
perfectamente de que si es libre, no podrá echar la culpa a nadie,
ni señalar a nadie como responsable de su situación, de sus actos.
Eso compromete mucho, vincula con las consecuencias de lo que hacemos
o dejamos de hacer sin ningún otro responsable que nosotros mismos.
Es tan cómodo tener algún culpable a la mano y usarlo como tapadera
de nuestros propios errores. No lo apreciamos hasta que un día nos
hace falta. Así que si quieres ser libre también tienes que ser
responsable, honesto, sincero. La libertad te individualiza y te
responsabiliza y compromete. No se vale ejercerla sin asumir las
consecuencias.
Feliz lunes de libertad con
responsabilidad.

No hay comentarios:
Publicar un comentario