Su cuerpo viajaba mucho en los
interminables viajes de ida y vuelta, pero sus sueños siempre se
quedaban en el mismo lugar. Crecían y volaban, pero siempre aquí,
siempre con su misma gente. Es mucho más fácil vivir cuando los
sueños se quedan en un lugar, no nos cansamos tanto persiguiéndolos.
Aunque nuestro cuerpo vaya muy lejos siempre tiene donde regresar a
quienes extrañar. Eso significa que ya hemos encontrado nuestro
lugar en el mundo. Nuestra tarea es poner en este lugar todo lo que
es más importante, para que podamos decir que ese es nuestro lugar.
Cuando uno en un lugar sabe divertirse y aburrirse sintiéndose
cómodo, puede decir que ya está en su lugar, que ya está en su
casa. Trata de poner en el mismo lugar tus sueños, tus sentimientos
y tu cuerpo.
Feliz miércoles de hogar.

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