Hace tiempo que ha dejado de
creer en todo lo que le decían. Demasiadas veces fue engañada y
muchos se han aprovechado de su ingenuidad. A veces eran muy crueles
sabiendo que le van a causar daño, que su bondad no tenía límites,
así parecía ocurrir con la maldad. Seguía confiando en la bondad
humana que muchas veces estaba más silenciosa y más oculta que la
maldad, pero que era la mayoría. Solo que confiaba lentamente
gradualmente y no como antes de inmediato. Así en el proceso iba
comprobando la calidad la solidez y responsabilidad de la persona que
recibió su confianza. Así evitaba sufrimientos y la
instrumentalización de las relaciones. Ni usar, ni ser usados. La
comprobación de las actitudes es legítima y necesaria. Gracias a
ella se puede evitar la saturación y las cargas insoportables. Se
dan las cosas cuando llega su tiempo cuando las personas están
dispuestas y preparadas para recibirlas.
Feliz domingo de comprobación.

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