En su camino a todo a lo que ha
llegado, ha llegado sola sin deber nada a nadie. La vida la ha
forjado mucho y sabía que el único camino que lleva al éxito es el
de sacrificio trabajo y perseverancia con la dosis de fe
correspondiente. Lo que pasa que desde que sintió aquel dolor ya no
es la misma. Ni tiene los mismos años que tenía cuando empezaba.
Ahora a veces siente que la vida la ha exprimido, que ha sacado de
ella hasta la última gota de fuerza e ilusión, pero eso no la va a
detener. Solo tiene que aprender hacer algo que hasta ahora nunca ha
hecho, y bastantes veces ha jurado que nunca va a hacer, algo tan
simple tan sencillo como pedir ayuda. Es que no siempre y no toda la
vida podemos solos cargar con todo, a nuestro lado siempre hay
alguien dispuesto ayudar pero lo suficiente discreto para solo estar
y nunca obligar o hacernos sentir mal. Aprende pedir ayuda y no
tendrás que renunciar de tantas cosas que han dado sentido a tu
vida.
Feliz martes de aprender pedir
ayuda.

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