Muchos
y diferentes eran los sentimientos que ha conseguido a coleccionar a
lo largo de los últimos años. Había entre ellos de los que
arrastran y se llevan todo lo que encuentran en el camino como
raudales del agua y otros que apenas rozan la piel dejando una
efímera huella una sensación en la piel como la deja una brisa del
viento en un día de paseo por la playa. Sentimientos que obligaban a
la reacción, no permitían quedar indiferente y sentimientos que
solo dejaban un reflejo en la mirada. Tanto los unos como los otros
daban sabor a su vida, la hacía más sabrosa, más rica y también
permitían a entender a otros cuando hablaban de sus sentimientos y
reacciones frente a ellos con todo lo que significaban para ellos.
Cuando las cosas se ponen fáciles lo sentimos y cuando se ponen
difíciles también. Solo cundo dejamos de ser los que somos ya no
podemos hablar de los sentimientos ni tampoco los podemos entender.
Siente y trata de vestir en palabras lo que sientes crea tu propia
narración de los sentimientos y te entenderás mejor y entenderás
mejor a tu vida y entendiendo la tuya entenderás más a la de los
demás.
Feliz
miércoles de sentimientos.

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