sábado, 24 de mayo de 2014

Pasillo de la Soledad

En el largo pasillo de la soledad, había a mano derecha, una sala de desconfianza, adornada con tapices de reproches. Poca luz que llegaba dentro, impedía a reconocer bien las personas, que pasaban por ahí, a todos se les tildaba de culpables, todos eran iguales para el dueño de los ojos expertos en buscar responsables de su situación. A la ausencia de los espejos, que permitan mirar dentro del alma, no encontraba otras causas de su larga soledad. Los otros, los diferentes a él, no se daban cuenta como era él, por eso no se acercaban, por eso no lo querían. Para que te conozcan, date a conocer. No juzgues las espaldas, ni las sombras, mira primero los ojos como un gran espejo.



Feliz Sábado de darse a conocer,




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