La
palabra “tarde” lo perseguía. Decía que siempre llegaba tarde
cuando repartían la felicidad o la buena suerte. Incluso ha llegado
ha pensar y creer que ha nacido demasiado tarde para ser feliz. Si
fuera por lo menos más joven muchas cosas podrían cambiar, pero ya
han pasado y es demasiado tarde. Lo que pasa, que casi siempre
queremos cambiar algo del pasado y ciertamente eso no es posible.
Sería bueno pensar que podemos cambiar en el futuro para no decir
que llegamos tarde, no dejarnos desanimar por la pegajosa rutina y
negatividad. Si el pasado está lleno de oportunidades perdidas, el
futuro está lleno de posibilidades por aprovechar. El destino te
hace un guiño te regala una sonrisa, respóndele con lo mismo.
Feliz Lunes de guiños de felicidad.
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