Todos alrededor le aconsejaban lo que tiene que hacer para restar
los efectos negativos, para que no sufra tanto y no vuelva a caer en
la depresión. Sobraban muchos consejos, todos apuntaban a
multiplicar actividades y acciones cuyo resultado iba a ser el
alivio. Y lo que la tenía mal era precisamente la cantidad de
actividades, así que multiplicarlas solo podría empeorar la
situación. La solución era precisamente contraria. Dejar de hacer
algunas cosas para no llegar a situaciones de sufrimiento. Era mucho
más sencillo y no se gasta en eso la energía. En muchas situaciones
en la vida es mejor no hacer algo evitando las consecuencias
negativas, que hacerlo y luego gastar tiempo y energías intentando
arreglar lo que se ha deteriorado. La prevención en todos los
sentidos realmente es más barata. Procura ver que te conviene más,
hacer algo y correr con las consecuencias o dejar de hacerlo y
terminar de sufrir las consecuencias.
Feliz lunes sin multiplicar consecuencias.

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