Siempre ha sentido envidia de su amiga. Ésta siempre se quejaba
de que sus padres le decían eso o aquello. Que tantas preguntas,
tantas conversaciones, tantos consejos, que ya la cansan. Ella daría
mucho para que sus padres le dijeran todas estas cosas y sobre todo
que la escuchasen. Ellos solo le daban órdenes indicando lo que
tiene que hacer insistiendo de que tenga prisa y que es buena para
nada. No sabe si era refugio o que era pero cuando sus ojos sudaban
lágrimas y pensaba que la van a llevar los raudales de soledad e
incomprensión miraba a La Morenita a Lupita y respiraba con alivio.
Lo que uno necesita tantas veces en la vida es no sentirse solo y
sentirse escuchado. Más que consejos necesitamos escucha y una pizca
de empatía, no jueces, no personas que nos califiquen, etiqueten,
sino que nos escuchen y si es necesario, que hablen expresando su
humilde parecer. Si quieres que te escuchen empieza a escuchar.
Feliz sábado de la escucha - Fiesta de la Lupita.

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