Antes era muy atractiva, toda la ropa y toda la conversación le
quedaba bien. Hasta que le apareció esta horrible verruga del
rencor. Al principio nadie percibía su existencia, parecía un
insignificante granito que se puede curar y hacer desaparecer con
facilidad. Ella sin embargo, lo estaba rasgando, tocando cada rato,
haciendo que la infección inicial y puntual se extienda más y más
afectando todo el organismo, todas las conversaciones. No importa que
tema se ponían encima, tarde o temprano se hacía visible esta
verruga del rencor. Regresaba en cada conversación se aferraba a
cada palabra. Cura a tiempo las pequeñas infecciones que siempre
parecen en las relaciones de pareja, familia y entre amigos. No
esperes que infecten todo. No te dediques a tocar cada rato estos
problemas olvidando todo el resto que se mantiene sano. A veces es
mucho más grave la percepción de un problema que el problema mismo.
Lo que pensamos que es y lo que es de verdad. Que la percepción de
la realidad no se convierta en la misma realidad.
Feliz jueves sin verrugas del rencor.

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