Noelia no dejaba de confiar en su capacidad. Enfrentaba todos los
obstáculos que encontraba en el sendero de su vida. Esta confianza
empujaba a un lado el miedo que a veces aparecía, despejando su
camino. Cuando las cosas se ponían cuesta arriba, buscaba un buen
impulso, una motivación, sabiendo que si algo no lo puede hacer de
un tirón, lo podrá hacer en etapas. Lo que cuidaba mucho era el
descanso después de cada mayor esfuerzo, porque la fuerza como cada
combustible se suele agotar. Noelia era capaz de mirar a los lados,
lo que le permitía ver que no estaba sola. Había más personas como
ella, que hacían el mismo recorrido. Si ellos eran capaces, ella
también podía. Muchos como tú están lidiando con los mismos
problemas. Muchas veces no son más capaces, sino más persistentes.
Antes de esperar que otros crean en sus posibilidades, ellos creen en
sí mismos. Haz tu propio camino, avanza a tu ritmo. Confía que
alcanzarás la meta, otros lo hicieron venciendo los mismos miedos,
los mismos obstáculos, a veces aun mayores.
Feliz viernes de confianza.

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