Ya estaba terminando los preparativos
para la Fiesta. Quedaban los últimos detalles. Aunque parecían
pequeños casi insignificantes de ellos iba a depender el sabor de
toda la celebración. Esta vez le parecía de fundamental importancia
el centro de la mesa. Esta vez no querría poner ahí ni flores ni
velas ni cualquier otro tipo de adornos, sino dejarlo despejado para
que los comensales puedan poner ahí sus palabras calladas y a veces
muy cansadas. Dejando suficiente espacio para que quepa toda la
verdad. Sin ocultar disimular o hacer el teatro. Si no dejamos
suficiente espacio podemos frustrar esta oportunidad, de no solo
acercar las sillas sino también los sentimientos y sobre todo las
sinceridades. Estás a tiempo de prever estos detalles y preparar
bien a tu mesa sin olvidar los espacios necesarios para el amor y el
diálogo.
Feliz domingo de prepararla mesa.

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