Las suyas eran buenas excusas, siempre
le han funcionado y han permitido que de todo saliera sin grandes
prejuicios, que pudieran afectar su credibilidad. Así fue hasta
ahora, porque con las excusas pasa lo mismo que con otras cosas, su
uso y aun peor su abuso provoca un desgaste un cansancio y tolerancia
que disminuye su efecto. Las excusas siempre tan eficaces con el
tiempo se volvieron sospechosas, luego poco creíbles. En vez de
ayudarle salir de diferentes situaciones, la dilataban y dejaban mal
parada delante de sus amigos y conocidos. Cuando algo se proponía
todos en coro sabían su respuesta, su excusa para no comprometerse,
no involucrarse. Cuidado con tus respuestas que se vuelvan excusas
rutinarias que te quiten credibilidad.
Feliz miércoles sin excusas.

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