Le gustaba mucho celebrar los amaneceres.
Despertarse lo suficientemente temprano para dar la bienvenida a los primeros
rayos del sol. No le gustaba saltar de la cama directo a la vida llena de
actividades. Decía que necesitaba la mañana para ver bien lo que tiene
descubrir toda su riqueza escondida en los pequeños detalles. Las prisas nunca
la han llevado a algo bueno. Los días en los que se levantaba lo
suficientemente temprano tenía tiempo de ubicar bien cada cosa en cada día.
Hacer lo que tenía que hacer según cierta lógica, cierta orden. Cuando no tuvo
tiempo porque se levantaba tarde corriendo perdía todo y presionada por las
prisas pasaba mucho tiempo buscando todas las cosas y a veces hasta buscándose
a sí misma entre todas las cosas. Date un ratito de tiempo cada mañana para
ubicarte en tu mundo ubicar tus asuntos pendientes y las cosas que tienes a tu
alcance. Como de primer paso depende el resto de camino, así de cómo te
levantas depende el resto de tu día.
Feliz lunes de levantarse con tiempo.

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