martes, 4 de febrero de 2014

A la mitad...

A Priscila siempre le faltaba dar un paso. Lo suyo era llegar a la mitad y dudar. Desde que era niña se especializó en comer la sopa a mitad, jugar los juegos a mitad. Y no es, que no le daba el tiempo, lo que le faltaba, era la determinación y la seguridad, que cuando se llega al final de algo, es siempre para empezar algo mejor, algo diferente. Cuando solo se llega a la mitad uno queda con eternos pendientes, que al acumularse a lo largo de la vida, le ocupan todo lugar reservado a la calma y felicidad.

Feliz Martes de terminar las cosas.
Yo termine el viaje Sao Paulo – Asunción

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