jueves, 25 de febrero de 2016

Amarse antes de amar a...

Su último “te amo” se quedó pegado en la espalda de él cuando se alejaba. Ella se quedaba sola. Se sentía vacía. Ya no le quedaba más amor. La silueta del último se borraba en el horizonte. Lo despedía con las mejías húmedas, y los labios llenos de preguntas. A él le ha dejado todo lo que ha tenido, ya no tenía nada más. Y puede ser que hoy día tenía razón. ¿Pero mañana? ¿Quién sabe? Mañana le quedaba por descubrir un amor olvidado, no valorado, al que nunca hacía caso, el amor a si misma. Lo había perdido hace mucho. Pensaba muchas veces que no tenía derecho a él. La han enseñado someterse, satisfacer a otros, aguantar sus berrinches y caprichos. Ella daba todo, raras veces recibía algo, algunas migajas. Cuando intentaba hablar sobre eso con su madre, esa le decía que eso es así. Que debe ser agradecida porque no está sola. Que no hay que exigir, porque va a tener problemas. Tenía aprender sola a amarse. Perder miedo a la casa vacía. Reconciliarse con el espejo, secar su almohada. Sabía que en algún lugar del futuro está el día en el que va a poder estar con alguien pero no por necesidad, sino por voluntad, porque el amor que tiene dentro y que se desborda, alcanzará para los dos. Y el que estará a su lado no solo pedirá sino también será capaz de dar más que su trabajo cansancio y dinero, su tiempo, sus sueños, sus atardeceres y amaneceres, su vida.

Feliz jueves de amor a si mismo.

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