sábado, 27 de febrero de 2016

Hacerse responsable

Se le gastaron tanto sus reproches, así que ya no se podía esconderse detrás de ellos. Hasta ahora siempre encontraba a alguien, a quien echar la culpa. Lo hacía con tanta habilidad, que hasta los inocentes empezaban a sentirse culpables. Sus reproches eran pegajosos salpicaban a todos a su alrededor. Él, la eterna víctima de tanta maldad, se sentaba tranquilo, esperando para recibir ayuda y consuelo. Lo que pasó que tanto usaba de este recurso, que cruzó la frontera entre uso y abuso. Los amigos siempre dispuestos a ayudar y a consolar, empezaron a sospechar y a observar. Sorprendidos constataron que no hacía nada y esperaba todo. Sin hacerse responsable de nada, a otros hacía responsable de todo. Encontrarás gente así en tu vida. No permitas que te enreden con sus reproches y te responsabilicen por sus vidas y su felicidad. Cada uno de nosotros tiene que encargarse primero de la suya y al conseguirla de la de los demás. Eso no es egoísmo, sino responsabilidad. Nadie tiene derecho culpar a los demás por lo que no hace, ni cumple.

Feliz sábado de encargarse de uno mismo.

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