Le tocaba
hacer la limpieza. Procuraba mantener la casa en orden. Al limpiar
mover las cosas de su lugar, entre lo que era necesario y debería
estar en cada lugar encontraba sorpresas. Cosas que se quedaban por
ahí, totalmente olvidadas, muchas de ellas inútiles. Puede ser que
en algún momento tuvieron su razón de ser, se justificaba se
presencia, pero hoy sobraban, incluso estorbaban. Acumulamos sin
darnos cuenta, por eso necesitamos, cada cierto tiempo, la atenta
revisión y limpieza. Lo mismo que pasa en tu casa, pasa dentro de
ti. Al lado de los sentimientos deseados, actitudes necesarias están
los sobrantes, como si fueran ecos de las experiencias vividas. Están
ahí en los rincones del alma: el rencor, la envidia, los reproches,
el enfado. Aparecieron en un momento concreto, causados por algo que
pasaba, pero se quedaron por mucho tiempo, aunque aquella causa ya
había fenecido, y lo peor de todo se activaban sin previo aviso y
sin ningún motivo. No acumules cosas que no te sirven porque ocupan
tu espacio limitado e impiden que recibas y actives a otras que si te
sirven, que son necesarias.
Feliz
miércoles de Ceniza y de Limpieza.

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