sábado, 6 de febrero de 2016

Promesas cumplidas

Elizabeth estaba acostumbrada que ninguna de sus promesas tenía fecha de vencimiento. Conforme pasaba el tiempo, ella procuraba cumplir lo que prometía. Cuando sabía que algo superaba sus posibilidades, no se comprometía para no defraudar a nadie. No todos entendían sus actitudes. Sus “no” parecían ser siempre más visibles que sus “sí”. La tachaban de calculadora hasta miedosa, decían que no quería comprometerse. No veían que era responsable, sincera, honesta, cumplidora. En un mundo lleno de promesas falsas, palabras tiradas al viento, pocos sabían apreciar su entrega, su sinceridad. De eso palabra dada – palabra cumplida, ya no se veía casi nada. Elizabeth no se preocupaba tanto por lo que dirán, ni lo que van a pensar de ella. Aunque a veces le dolía, que tan mal se puede entender una negación hecha honestamente. Simplemente querría no engañar, ni ilusionar a nadie y que con ella hagan lo mismo. Cumple lo prometido siempre y no prometas cuando sabes que no podrás cumplir.

Feliz sábado de cumplimiento

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